Viernes, 19 de abril de 2024; 4:27 PM
Está en > Inicio > Cultura culinaria > Curiosidades
El origen de la palabra vianda

Por Nitza Villapol

La palabra vianda proviene del bajo latín vivanda. Significa comida o alimento y esa misma acepción tiene en nuestro idioma. En Cuba la aplicamos a un grupo de frutos y raíces ricos en carbohidratos como la yuca, calabaza, plátano, papa, boniato, malanga o guagüí.

En relación con este tema, como resultado de una pequeña investigación lingüística podemos ofrecer datos que consideramos interesantes y útiles. Veremos qué es vianda para don Fernando Ortiz y Constantino Suárez, a quien cita:
Vianda, Sustantivo. Suárez explica bien: «Dícese a los frutos de huerto como cierta clase de plátano, malanga, boniato, papa, etcétera, que se presentan en la mesa cocidos o fritos. Emplease más en plural.
Mientras, para E. Rodríguez Herrera:
En España llaman viandas al sustento o comida de las personas, a cualquier clase de comida; pero el concepto de vianda en Cuba es muy diferente, puesto que se aplica a ciertas raíces comestibles, como la yuca, el boniato, ñame y malanga, y a otros frutos como el plátano, la calabaza y quizás algún otro que no son raíces, pero que como aquéllas se comen sancochadas y algunas fritas. Hay sin embargo raíces comestibles que no se consideran viandas, como el maní, la papa, la zanahoria y el nabo.
Como es natural, aunque respetamos el criterio autorizado de Rodríguez Herrera, asumimos con don Fernando Ortiz y con Constantino Suárez que la papa también es una vianda. Nuestro patrón alimentario tradicional... arroz, frijoles, vianda, carne, u otro alimento generalmente frito... suele variar cambiando el color del frijol o del arroz y la clase de vianda o forma de prepararla.

Esto, que sin duda evita la monotonía en la mesa, en otras culturas se obtiene en gran medida como producto del cambio en las frutas, hortalizas y otros vegetales, de acuerdo con la época del año; pero la papa, las pastas y otros derivados del trigo, así como el maíz, suelen ser tan constantes en aquellas mesas como en la nuestra los frijoles, las viandas y el arroz.

En Cuba, sustituir uno de estos dos últimos por verduras y vegetales con menor contenido de carbohidratos y mayor contenido de vitaminas, minerales y fibras o celulosa, no sólo ayuda a diversificar la alimentación, sino que además puede significar una reducción en el contenido total de carbohidratos, cuando esto sea necesario.

A veces se afirma que el cubano come mucho arroz y por esto tiene tendencia a la obesidad, pero la cuestión no parece estar en el arroz sino en la forma de cocinarlo y combinarlo con otros alimentos. «Llenarse» con arroz cargado de grasa o salsas acompañadas de viandas fritas, pan con mantequilla, y no comer verduras y vegetales, para algunos puede ser un mal hábito.

Si la vianda o el arroz se consumen por separado y no en una misma comida, acompañados de verdura o vegetal, además del alimento rico en proteína de origen animal, que puede aparecer en mayor o menor cantidad suplementando la proteína del cereal, la leguminosa o una mezcla de ambos, la comida debe resultar mejor balanceada.

Separar la vianda del arroz, y usar menos grasa en la preparación de nuestros alimentos, cuestión que no es fácil porque significa «entrarle con la manga al codo» a un patrón alimentario conformado durante siglos, sería un buen paso inicial en el mejoramiento de la imagen de lo que es la comida balanceada, y además ayudaría a quienes no realizan un trabajo físico fuerte o ya no son jóvenes.

Intentar esta modificación en el patrón alimentario tradicional no implica negar raíces, ni virar la espalda a nuestro acervo cultural en materia de alimentos, cuando precisamente vamos al rescate de los genuinos valores de esa cultura. Nuestro congrí puede seguir atado a los tostones tanto como el arroz blanco al platanito maduro frito. Eso es «comida cubana».

Pero en la misma medida que resolvemos un problema se crea otro y si queremos disfrutar de cuanto hemos sido capaces de construir para nuestros hijos y nietos, bueno es que esas combinaciones se reserven para ocasiones especiales y desde ahora comencemos a observar algunas sencillas reglas de alimentación balanceada para la vida diaria.

No es fácil cambiar costumbres a la mitad o al final del camino de la vida, por eso es prudente que nuestros niños y jóvenes adquieran desde temprano buenos hábitos de alimentación.

Que aprendan a consumir viandas hervidas y no siempre fritas o convertidas en frituras, así como a disfrutar de las frutas, las verduras y los vegetales; sin necesidad de convertir las primeras en dulces y batidos sobrecargados de azúcar o ahogar los segundos en manteca, mantequilla, mayonesa y aceite.

Tomado de:
Villapol, Nitza. Cocina al minuto. Editorial Orbe, La Habana, 1981. pp. 104-106.



Entrantes
Sopas, cremas y potajes
Ensaladas
Guarniciones
Mariscos y pescados
Carnes
Salsas
Postres
Panadería y repostería
Coctelería
Chef Eddy Fernández Monte

Presidente de la Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba, FACRC; Miembro Federativo de la FACRC; Vicepresidente...
Si tuviera que preparar un menú bien cubano, qué platos escogería? En esta sección el chef le ayudará en su empeño. Conozca a nuestros chefs y descubra secretos de la cocina cubana.
Enlaces relacionados
Cultura culinaria | Consejos
Para preparar las pastas...
Por Nitza Villapol

Cocinar las pastas en realidad es muy sencillo. Siempre se debe usar una buena cantidad de agua con sal, que debe estar hirviendo a...  ver más >
Realizado por UEB Servicios Web CITMATEL
©Copyright 2001 - 2024 CITMATEL®. Todos los derechos reservados.